El primer día de clases en el preescolar: un paso importante para toda la familia
- El Portal del Saber
- 20 abr
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 24 abr
Escuelas de Padres – El Portal del Saber

El primer día de clases en el preescolar marca un momento clave en la vida de los niños y sus familias. Es el inicio de una nueva etapa: la entrada a un entorno distinto, con nuevas personas, rutinas y desafíos. Aunque puede estar acompañado de emociones intensas tanto en los niños como en los padres, este proceso representa una oportunidad invaluable para el crecimiento, la autonomía y el desarrollo social y emocional.
Un momento significativo y lleno de emociones
Para muchos niños, el primer día de clases es su primera experiencia de separación prolongada del entorno familiar. Este cambio puede generar ansiedad, inseguridad o temor, pero también curiosidad, entusiasmo y deseo de explorar. Es natural que los niños manifiesten distintas emociones y comportamientos durante los primeros días, ya que están adaptándose a un nuevo espacio físico, nuevas figuras de autoridad y compañeros que aún no conocen.
Desde el punto de vista de la psicología infantil, autores como Bowlby y Ainsworth han explicado la importancia del apego seguro. Un entorno escolar cálido, predecible y sensible a las necesidades emocionales del niño favorece una transición más tranquila. Asimismo, el acompañamiento respetuoso de los padres durante este periodo refuerza la confianza del niño para explorar un nuevo mundo.
La adaptación: un proceso, no un evento
Es importante entender que la adaptación al preescolar no ocurre en un solo día. Se trata de un proceso gradual que puede extenderse por días o incluso semanas, dependiendo de cada niño. El tiempo de adaptación está influenciado por factores como la edad, el nivel de autonomía, la experiencia previa de socialización, el estilo de apego y la actitud de los adultos.
En El Portal del Saber, promovemos una adaptación progresiva y flexible, que toma en cuenta el ritmo individual de cada niño. Durante los primeros días, se establecen rutinas suaves, tiempos más cortos de permanencia y estrategias de acompañamiento emocional, como el uso de objetos transicionales (muñecos, cobijas, fotos) y la presencia momentánea de un adulto de referencia.
¿Qué pueden hacer los padres para acompañar este proceso?
1. Validar las emociones del niño: Es normal que los niños sientan tristeza, enojo o miedo. No se deben minimizar estas emociones, sino validarlas y ofrecer seguridad: "Entiendo que te sientas triste, es un lugar nuevo, pero poco a poco te vas a sentir mejor".
2. Mantener una actitud calmada y segura: Los niños perciben las emociones de sus padres. Si el adulto transmite confianza y serenidad, el niño se sentirá más seguro. Despedirse con claridad y sin prolongar el momento ayuda a establecer una rutina predecible.
3. Confiar en el equipo educativo: Establecer una relación de confianza y comunicación abierta con los docentes permite compartir información valiosa sobre el niño y trabajar en conjunto en su proceso de adaptación.
4. Respetar los tiempos: No hay un “tiempo correcto” para adaptarse. Cada niño lo vive a su manera. Evitar comparaciones con otros niños y permitir que cada uno recorra su camino es clave para una experiencia positiva.
5. Reforzar lo positivo: Conversar en casa sobre lo vivido, celebrar pequeños logros (“Hoy entraste sin llorar”, “Hiciste un dibujo hermoso”), y mostrar interés genuino refuerza su motivación y autoestima.
Un nuevo comienzo para todos
El primer día de clases no solo es significativo para los niños, también lo es para las familias. Marca el inicio de una etapa de mayor autonomía y crecimiento. Implica aprender a soltar con amor, a confiar en otros adultos, y a ver cómo los hijos comienzan a construir su propio camino social y emocional.
Desde El Portal del Saber, acompañamos a cada familia en este proceso con sensibilidad, respeto y experiencia. Sabemos que cada niño necesita ser recibido con afecto, paciencia y una mirada que lo reconozca como único.
La adaptación al preescolar es un proceso delicado y valioso. Acompañarlo desde el amor, el respeto y la empatía permite que los niños se sientan seguros para explorar y aprender. Como padres, el mejor regalo que se puede dar en esta etapa es la confianza: en el niño, en sí mismos y en el equipo educativo que los acompaña.
Comments